De vuelta de los Madriles

Bueno, antes de ayer por la noche ya regresé de nuestro viaje a Madrid. La verdad es que ha sido de lo más accidentado, con cosas buenísimas y cosas malísimas. Nos ha pasado de todo. Nada más llegar, al segundo día me robaron el móvil en el metro por lo que he estado allí incomunicada y me llevé un disgustazo tremendo como podréis entender. Más que por el dinero, he perdido mensajes sms personales y muchas fotos. Luego pillé un resfriado de campeonato con una tos tremenda; el cuarto día de hecho nos quedamos en casa de mi amiga Brujeitor quien nos estaba alojando en Madrid para tratar de recuperarme a base de un montón de medicinas que pillé de la farmacia de enfrente. Benditas medicinas, para el quinto día ya estaba otra vez lista para salir y seguir viendo cosas aunque fuera pegando toses.

Eso lo peor, pero lo mejor ha sido poder ver Segovia y Toledo que no las había visitado nunca y los museos de Madrid que nos gustaron muchísimo, además de poder ver a dos amigas allí, una que hacía muchos años que no veía aunque manteníamos en contacto por email y otra a la que he podido desvirtualizar.

El primer día, nada más llegar y comer con Brujeitor decidimos irnos por la tarde a ver Alcalá de Henares. Lo hicimos así de bestia porque teníamos que aprovechar el tiempo al máximo, sabíamos por las predicciones metereológicas que luego iba a ponerse el tiempo muy malo para el fin de semana con probabilidades altas de lluvia y hasta de nieve.



El segundo día nos plantamos en Segovia que fue uno de los mejores días ya que nos encontramos con Marikiya, una ex-compañera de facultad a la que luego he podido seguir por messenger primero y luego por medio de su blog. Se portó estupendamente con nosotros, haciendo de guía toda la tarde. La única pena es que no se pudo venir su novio también pero estaba estudiando para oposiciones así que un saludo desde aquí y espero le conozcamos en otra ocasión. Habíamos quedado en el acueducto a las 4, después de una comida a base de cochinillo en el Mesón Cándido (imprescindible si vas a Segovia), donde nos recogió con su coche y, tras llevarnos a ver el Alcázar, nos fuimos a La Granja. Allí hicimos un paseo estupendo, idílico total caminando por encima de la nieve. Fue increíble. Nos pateamos todo el parque haciendo fotos y viendo las preciosas vistas. Con deciros que casi nos quedamos encerrados dentro porque cerraban el parque y menos mal que los guardias nos habían visto corriendo a lo lejos y esperaron 5 min antes de cerrar. Tras un cafelito calentito y un bizcocho casero en una cafetería para recobrar fuerzas (y calor) era ya hora de irnos a la estación a pillar el autobús al que llegamos justito, justito, menudo día de llegar por los pelos a las cosas. Pobrecilla Marikiya, iba conduciendo el coche "acelerá perdiá" porque veía que llegábamos tarde, muchas gracias niña, llegamos perfecto gracias a ti.



Tercer día tocaba Toledo así que allí que nos fuimos. Para quien no lo sepa, Toledo no es que tenga una o dos cuestas, noooo, es que la puñetera ciudad entera es una enorme cuesta. Está construida encima de un monte y es horroroso para visitarla. Eso sí, preciosa es, es sólo que hay que estar en forma para pasear por todas las calles. Teníamos el tren de vuelta a las 9 y a las 7 o así ya no podíamos más, cansadísimos y muertos de frío nos refugiamos en un mesoncito que nos recomendó una señora de una tienda de recuerdos y nos tomamos una sopa castellana y una crema de boletus y perejil. Qué bueno y qué bien entran cuando no te sientes las piernas del frío.



Y al siguiente día es cuando digo que yo no pude más con el pedazo de resfriado en pleno apogeo y las piernas hechas polvo de tanto frío y tanta cuesta. Todo el día metiditos en casa de Brujeitor para recuperarnos.

Al día siguiente ya estábamos en plena forma nuevamente y pasamos el resto de la semana más tranquilos visitando muchas cosas a cubierto en Madrid, en especial los Museos, el Reina Sofía, el Prado, Caixa Forum, etc. Así que de eso no hay tantas fotos aunque algún que otro día que pillamos un poquito mejor el tiempo pudimos pasear ligeramente por las calles y también fotos de las tortuguitas de la estación de Atocha que son una monada.

Obviamente también salimos unas cuantas veces con Brujeitor y su hermano y amigos, fuimos a verla a su trabajo en El Corte Inglés y también fuimos una noche a conocer personalmente a Ailec (Celia), la muchacha aquella que fue mi rival en el concurso de Nuroa y con la que he mantenido el contacto por email. Que por cierto acababa de volver de un viaje a Bruselas para recoger un pedazo de camarón (kit completo de una cámara profesional Nikon) que le han regalado en un premio de fotografía. Qué máquina! Así que nos tiramos un rato hablando de nuestras cámaras nuevas.



Madre mía qué frío que hemos pasado, salimos en todas las fotos naturalmente cubiertos hasta las orejas de ropa. El peor día de frío fue el último que estuvimos hora y media viendo el cambio de la guardia del Palacio Real de Madrid. Casi nos da algo allí, no nos sentíamos las piernas, la gente hacía el paso militar al mismo tiempo que los soldados para entrar en calor. Aquí hay unos vídeos del evento.





Y ya está, espero que os haya gustado el resumen general del viaje de unos 8 días que nos hemos hecho. Prometí subir las fotos y esta vez por fin he conseguido hacerlo en un tiempo aceptable. Muchas gracias a todos los que me desearon buen viaje y me apoyaron mediante Twitter desde allí.